Essie Opoka es especialista en formación y capacitación del Comité Internacional de Rescate (IRC).
Reside en Nairobi (Kenia) y presta apoyo a los programas nacionales del IRC para el desarrollo de capacidades en acción humanitaria.
Essie tiene más de 10 años de experiencia negociando en primera línea de la acción humanitaria y ha sido miembro del Centro de Competencia en Negociación Humanitaria desde 2019.
Charlamos con ella sobre sus experiencias de negociación y sobre cómo, tras asistir a un taller de negociación CCHN , se sintió lo bastante segura como para negociar con grupos armados no estatales para llegar a las poblaciones necesitadas.
¡Hola y bienvenida Essie! ¿Cómo es un día en la vida de un negociador humanitario ?
En mi trabajo diario ocurren muchas cosas.
En primer lugar, necesito entender qué retos hay en relación con la negociación humanitaria. ¿Cuáles son las nuevas tendencias? ¿Qué cosas están surgiendo de las que no soy consciente?
Después, tengo que identificar con quién tengo que negociar y planificar mi proceso de negociación.
También presto apoyo al resto de mi equipo y a otros programas nacionales del IRC sobre cómo afrontar los retos de la negociación y asegurarme de que pueden abordarlos.
Tengo que asegurarme de que el equipo tiene los conocimientos adecuados para negociar en el contexto en el que trabajan, pero sobre todo, tienen que hacerlo con seguridad para poder llegar a las poblaciones vulnerables.
¿Siempre pensó que era crucial interactuar con actores armados?
No, antes pensaba que no era correcto interactuar con bandas criminales o grupos armados no estatales.
El sector era muy diferente entonces. Cuando empecé, no había recibido ninguna formación. Negociaba mucho, de forma poco estructurada, pero aun así lo hacía.
Al principio nos centramos en comunicarnos y negociar con lo que considerábamos agentes "legítimos" y autoridades gubernamentales.
Pensábamos que sólo se trataba de coordinar la prestación de asistencia y protección a las poblaciones vulnerables.
No fue hasta que asistí a un tallernegociación humanitaria de CCHN que me di cuenta de que ese enfoque no funcionaba, y que teníamos que interactuar con todos los actores del conflicto.
Después del taller, pensé: "Vale, creo que puedo afrontar esto de frente". Empecé a sentir que podía negociar con confianza y eficacia.
Como trabajadores humanitarios, nuestro propósito al negociar es poder llegar a las poblaciones vulnerables. Además, también tenemos que garantizar la seguridad de nuestro personal mientras presta ayuda humanitaria.
"Si no interactuar todos los que tienen influencia o controlan el ámbito donde están las personas más vulnerables, no podremos llegar a la gente".
Al fin y al cabo, nuestro mandato es poder prestar servicios a la población que necesita nuestra ayuda.
¿Puede darme un ejemplo de cómo la comunidad CCHN ha marcado la diferencia en su trabajo?
Cuando yo era personal de campo de primera línea en Camerún, el gobierno nos dijo que no podíamos hablar con grupos armados no estatales presentes en el país.
Fue después de formar parte de la comunidad CCHN en 2019 cuando me di cuenta de que había encontrado un espacio seguro, una familia, donde podía compartir mis retos con otros humanitarios y elaborar soluciones juntos.
De esta constatación surgió la iniciativa de un "Procedimiento Operativo Conjunto", un documento de posición que explica quiénes somos y qué hacemos, junto con el resto de la comunidad humanitaria que trabaja en Camerún.
Tardamos casi dos años en hacer comprender a las autoridades que nuestra función es interactuar con todos los actores del conflicto y que estamos allí para prestar servicios humanitarios, no para interferir en la gobernanza o el liderazgo del país.
Empezamos por analizar el contexto. Después, trazamos un mapa de los actores y su influencia mutua.
A partir de ahí, desarrollamos una estrategia de negociación sobre cómo interactuar con ellos y construir una relación.
Gracias a las herramientas CCHN y a la planificación estratégica de nuestras negociaciones, pudimos llegar a más poblaciones, ampliar nuestra operación y conseguir la aceptación de distintos agentes. Por último, llegamos a más personas que necesitaban nuestro apoyo en ese ámbito.
Fue un proceso largo, pero mereció la pena.
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