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Siete consejos prácticos para negociar la asistencia sanitaria en contextos humanitarios

Por 5 de abril de 202410 de abril de 2024Todas las historias

En contextos humanitarios, la negociación hace posible tener acceso a las poblaciones, realizar intervenciones médicas y brindar ayuda para salvar vidas.

A medida que exploramos los retos, las buenas prácticas y las ideas recogidas de los miembros de nuestra comunidad de intercambio de prácticas, esperamos que obtengas valiosas perspectivas sobre cómo navegar en este ámbito tan crítico.

Comencemos.

¿Qué negocia el personal sanitario humanitario?

Como profesional de la salud que trabaja en contextos humanitarios, cabe preguntarse: ¿negocio?

Y si es así, ¿para qué negocio exactamente?

Volvamos a lo básico y definamos qué es un negociación humanitaria.

Según el Manual del CCHN, una negociación humanitaria es cualquier interacción entre el personal humanitario y un interlocutor para:

  • establecer y mantener la presencia de una organización humanitaria en un entorno de crisis (ya sea un conflicto, una catástrofe, flujo migratorios, o una epidemia...),
  • garantizar el acceso humanitario a las personas en situaciones de crisis, y
  • proporcionar protección y asistencia.

Recuerda: las negociaciones humanitarias tienen un componente relacional, centrado en establecer una relación continua de confianza con la contraparte, y un componente transaccional, centrado en acordar las condiciones y la logística de una operación humanitaria.

Las negociaciones humanitarias tienen un componente relacional, centrado en forjar una relación continua de confianza con las contrapartes, y un componente transaccional, centrado en establecer y acordar las condiciones y la logística de las operaciones humanitarias.

Por lo tanto, como personal sanitario humanitario, podrías pensar en las "negociaciones en torno a la salud" como cualquier interacción con un interlocutor (como el Ministerio de Salud, las autoridades sanitarias locales, los grupos armados no estatales e incluso los pacientes) para llegar a un acuerdo sobre:

  • La prestación de servicios sanitarios a las poblaciones necesitadas.
  • Las modalidades de las intervenciones sanitarias y los protocolos o directrices que seguirás.
  • La presencia y aceptación de tu organización.
  • La protección de las misiones médicas para mitigar o reducir los riesgos.
  • Negociaciones cotidianas con pacientes, líderes comunitarios y familiares de pacientes.

Por supuesto, todo ello teniendo en cuenta tu seguridad y la de tu equipo.

¿Qué caracteriza las negociaciones en torno a la salud?

Las negociaciones en torno a la atención médica difieren de las negociaciones humanitarias en varios aspectos.

Cuando los conflictos se intensifican o se produce una catástrofe, el personal sanitario está sometido a una enorme presión.

Las negociaciones sanitarias no tratan de cuántos días durará una distribución, sino de cuántas horas o incluso minutos tiene alguien herido o enfermo antes de perder la vida.

Cuando el acceso a las personas que necesitan asistencia se ve dificultado o las personas no pueden acceder a la atención médica de forma oportuna, la urgencia de la situación no hace sino que aumentar.

Trabajar en contextos humanitarios también significa trabajar en sistemas sanitarios con capacidad limitada o incluso con infraestructuras dañadas, por ejemplo, cuando los suministros no pueden llegar a los hospitales porque las carreteras están dañadas.

Las negociaciones sanitarias no sólo se centran en cómo se llevará a cabo una intervención médica y sus resultados vitales, sino que también implican trabajar directamente con las comunidades y explicar el "por qué" y el "cómo" de las campañas sanitarias.

En resumen, negociar la prestación de servicios de salud en situaciones de crisis requiere encontrar un equilibrio entre hacer concesiones, por un lado, y adherirse a los principios humanitarios y otros marcos normativos, como el derecho internacional humanitario, por otro. Es una relación que requiere confianza, una mente abierta y capacidad de adaptación.

¿Qué dificulta la negociación de la asistencia sanitaria en situaciones de emergencia?

Hoy en día, el personal humanitario opera en entornos en constante cambio, cada vez más complejos e inseguros. Si eres profesional de la salud y trabajas en un contexto humanitario, probablemente esto te suene familiar.

Los miembros de la comunidad del CCHN señalaron que el sentimiento de protección que solían tener cuando realizaban labores humanitarias, especialmente misiones médicas, ha disminuido. Por desgracia, abundan ejemplos de hospitales, clínicas y ambulancias que han sido atacados en los últimos años (o meses).

¿Por qué es cada vez más difícil negociar la asistencia sanitaria en situaciones de emergencia?

  • Gobiernos asertivos e impedimentos burocráticos y administrativos

Se percibe que los gobiernos y las autoridades sanitarias se han vuelto más asertivos, a veces introduciendo intencionadamente impedimentos burocráticos y administrativos que dificultan los procesos rápidos y coordinados de respuesta a emergencias sanitarias.

Por ejemplo, pueden imponer de forma deliberada obstáculos a la importación de medicamentos y equipos médicos, limitar la circulación del personal humanitario o añadir barreras a la contratación de personal. En muchos entornos operativos humanitarios, estos obstáculos pueden ser intencionales, utilizados para controlar y restringir la acción humanitaria, mientras que en otros casos pueden ser el resultado de una falta de personal o de mecanismos de gobernanza disfuncionales.

  • Diálogo con grupos armados no estatales

El acceso a las zonas afectadas por conflictos o catástrofes exige a menudo entablar relaciones con grupos armados no estatales.

Sin embargo, los marcos jurídicos nacionales, las leyes de lucha contra el terrorismo y las sanciones impiden a menudo dialogar con estos actores, lo cual requiere explicar cuidadosamente el mandato de la organización y los principios humanitarios.

El personal humanitario y, en particular, el personal nacional, también corre el riesgo de ser percibido como "desleal" o "traidor" al gobierno por parte de las autoridades nacionales.

  • Politización de la sanidad

Los agentes sanitarios humanitarios operan en entornos con una carga política cada vez mayor. Las fuerzas que controlan los territorios pueden permitir o restringir el acceso, y a veces utilizan el bloqueo de la prestación de asistencia médica vital como moneda de cambio.

Desgraciadamente, hoy en día, ser profesional del sector humanitario no ofrece la misma protección que antes, y algunas partes en conflicto podrían considerar legítimos o justificados los ataques ilegales contra las misiones médicas.

  • Desinformación e incitación al odio

La información errónea, la desinformación y la incitación al odio repercuten en la labor humanitaria. Las redes sociales pueden amplificar los mensajes negativos sobre una operación humanitaria, por ejemplo, difundiendo el rumor de que el personal sanitario planea matar o esterilizar a la comunidad local. En estos casos, es fundamental adoptrar un enfoque centrado en la comunidad y difundir información precisa (preferiblemente antes de que se produzca una crisis de comunicación).

¿Qué estrategias de negociación puedes utilizar para negociar la asistencia sanitaria?

A continuación te presentamos siete consejos prácticos compartidos por profesionales del sector humanitario con varios años de experiencia en misiones sanitarias humanitarias.

1. Establecer una relación

Las negociaciones humanitarias son, ante todo, una relación que requiere generar confianza, mostrar una mentalidad abierta y ser flexible. Estos son los cimientos de tu negociación.

¿Cómo puedes forjar esta relación y ganarte la confianza de tu contraparte?

  • Interactúa regularmente con su contraparte. Llámala, envíale un mensaje de texto o un correo electrónico, o aprovecha una reunión cara a cara para mantener conversaciones informales.
  • Mantén una actitud humilde y curiosa. Intenta ver más allá de los títulos y cargos oficiales y conoce a tu contraparte, su historia y sus intereses. Puede que tu contraparte también se haya visto afectada por el conflicto.
  • Acepta que (probablemente) tu contraparte tenga una postura diferente. Haz preguntas abiertas para explorar su razonamiento. ¿Qué la motiva? ¿Cuáles son sus necesidades? ¿Qué objetivos podrían tener en común?

Recuerda que tu contraparte es tan humana como tú.

2. Comprender el contexto y la cultura local (también en materia de salud)

Cada negociación se produce en un contexto único, con sus propias costumbres. Las normas relativas a la salud varían mucho de una cultura a otra.

Intenta obtener tanta información como puedas sobre cómo se percibe la enfermedad y la salud desde un punto de vista social, político e incluso religioso en el contexto en el que trabajas.

Esta información es esencial para dialogar con las comunidades de forma eficaz y diseñar intervenciones que se adapten a la cultura local. Algunas organizaciones incluso contratan a antropólogos sanitarios, como ocurrió durante la epidemia de ébola en África Occidental.

En última instancia, informarte sobre el contexto y cómo se percibe la salud y la enfermedad te ayudará a obtener un resultado más sostenible.

3. Tener un objetivo de negociación claro y establecer etapas para alcanzarlo

Piensa en la definición de una negociación humanitaria que vimos anteriormente. Recuerda que puedes negociar la aceptación, el acceso o la ejecución de una operación. Conseguirlo requerirá hacer concesiones y llegar a un acuerdo con tu contraparte.

Pero primero, ¿cuál es tu objetivo? En un mundo ideal, ¿qué te gustaría conseguir con tu negociación?

Puede que un objetivo no sea fácil de alcanzar, pero tenerlo te ayudará a establecer las etapas necesarias para lograrlo.

Por ejemplo, sabes que el país en el que trabajas desconfía de todo lo relacionado con su antigua potencia colonial, incluidos sus ciudadanos. En un mundo ideal, seguramente desearías contratar al personal más capaz y experto sin tener que preocuparte por su nacionalidad.

Una vez formulado tu resultado ideal, intenta adaptarlo a la realidad que tienes delante.

¿Hay alguna concesión que puedas hacer?

Por ejemplo, tras reflexionar un poco, decides que puedes atender la petición de tu contraparte y contratas a personal de otras nacionalidades, entre las que no figura la antigua potencia colonial.

4. Tener líneas rojas claras

Negociar servicios sanitarios en una crisis implica sortear circunstancias complejas y hacer valer los principios humanitarios al mismo tiempo.

Establecer "líneas rojas" claras, es decir, límites no negociables, con tu equipo y tu organización permite mantener la integridad de la misión y la dignidad de las personas a las que se presta servicio.

Por ejemplo, imagina que estás negociando el acceso a una zona asediada con el fin de proporcionar ayuda médica vital.

Aunque tengas que hacer ciertas concesiones, tu 'línea roja' podría ser prestar los servicios de forma imparcial.

La política de tu organización no te permite favorecer a un grupo en detrimento de otro en función de las exigencias de quienes controlan el acceso.

Respetar el principio de imparcialidad garantiza que la ayuda siga siendo accesible a todos los que la necesiten, independientemente de su afiliación política, étnica o religiosa.

Al hacer valer esta línea roja, también garantizas tu propia seguridad y la de tus colegas al demostrar que no favoreces ninguna de las partes en conflicto y, de esta forma, evitas que te vean como enemigo.

5. Reconocer la índole política de las negociaciones sanitarias

Los entornos afectados son políticos por naturaleza y se ven afectados por decisiones alejadas de las realidades sobre el terreno.

Es importante no olvidar que, aunque la atención médica pueda parecer ajena a la política, las emergencias sanitarias en contextos humanitarios no lo son.

Según el Manual del CCHN, las negociaciones humanitarias pueden situarse entre tres niveles: el político, el profesional y el técnico.

Este marco puede ayudarte a entender en qué nivel tu contraparte siente que tiene más ventaja o podría estar utilizando de forma estratégica en su beneficio, así como el nivel en el que tú quieres centrarte.

Según el Manual del CCHNlas negociaciones humanitarias pueden moverse entre tres niveles: el político, el profesional y el técnico. Determine el tipo de negociación y utilícelo a su favor.

Por ejemplo, un contraparte podría politizar la discusión preguntando: "Por cierto, recuérdame, ¿por qué estás aquí y quién eres?".

Del mismo modo, podrías evitar escollos políticos preguntando: "¿Cómo cree que podríamos colaborar y prestar la ayuda necesaria a la población que la requiere?".

Utiliza esta táctica de negociación para llevar la conversación al nivel en el que te sientas más cómodo.

6. Supervisar la percepción local

Una vez que pongas en marcha tu operación, es fundamental dar seguimiento a cómo la recibe la población local.

¿Cómo perciben tu trabajo las comunidades?

¿Están satisfechas, frustradas o desconfían de la campaña de vacunación que diriges?

Profesionales humanitarios con varios años de experiencia comparte que, a menudo, cuanto más concreta y tangible sea la ayuda, más positiva será percibida. Sin embargo, cuando se trata de intervenciones sanitarias, la gente puede sospechar de los suministros o tratamientos médicos que no conocen. No te sorprendas si las comunidades desconfían y ayúdalas a comprender los beneficios de tu intervención.

Estar a la escucha de las comunidades puede ayudarte a comprender sus preocupaciones y a encontrar formas de abordarlas (de ser posible), lo cual reforzará la legitimidad de tu organización.

Eche un vistazo a la herramienta que desarrollamos para calmar conversaciones tensas con un ejemplo de cómo abordar la preocupación de un padre sobre la vacunación de su hijo.

7. Negociar en equipo

Los equipos de negociación están compuestos de distintos niveles de experiencia y competencias, que puedes aprovechar en función del objeto que te dispongas a negociar.

Las operaciones sanitarias humanitarias son polifacéticas.

Puedes negociar a favor de la aceptación del mandato de tu organización o la importancia de la intervención para prevenir y responder a un brote epidémico (como en una negociación "política").

También podrías negociar con las autoridades sanitarias sobre la importación de medicamentos y equipos médicos que no se encuentran en el mercado (como en una negociación "profesional").

Podría ser que simplemente negocies el plan para la campaña de vacunación en un campo de refugiados (como en una negociación "técnica").

En cada nivel, o fase, hay que identificar a la persona adecuada para llevar la negociación.

Una forma de hacerlo es utilizar la herramienta del CCHN para establecer la 'legitimidad' de quien negocia teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

  1. La misión y la reputación de tu organización.
  2. Los conocimientos o la competencia sobre un tema concreto.
  3. Las características personales (edad, sexo, religión, nacionalidad, etc.).
  4. La capacidad para adaptarse a circunstancias cambiantes.
  5. Los contactos o conexiones con redes de influencia.

Teniendo en cuenta el objetivo de la negociación, tu contraparte y el tipo de negociación, ¿quién es la mejor persona para dirigir la conversación?

Recuerda...

Las negociaciones sanitarias difieren de las negociaciones humanitarias más generales.

Negociar temas de salud en contextos humanitarios es difícil, ya que implica situaciones de vida o muerte y conversaciones con matices culturales delicados.

Sin olvidar que negociar la asistencia sanitaria en contextos humanitarios es cada vez más difícil.

Esperamos que las estrategias que te presentamos resulten útiles para tu trabajo.

¡Ánimo!

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