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Cómo llegar a un acuerdo que respete los principios humanitarios

Negociar consiste en llegar a un acuerdo. Para ello, hay que sopesar los riesgos frente a los beneficios de las medidas que decidas adoptar.

En otras palabras, es importante evaluar hasta dónde puedes llegar a la hora de encontrar una solución aceptable.

Para ello, es necesario entender tus límites y los de tu contraparte. Así podrás encontrar un término medio entre ambos.

Sigue leyendo para saber cómo establecer líneas rojas, realizar un análisis de riesgos y beneficios basado en diferentes situaciones hipotéticas y alcanzar un acuerdo que respete los principios humanitarios y sea aceptable para todos.

"Negociar: El sutil arte de encontrar un acuerdo que haga infelices a todos por igual".
- Autor anónimo

El arte de encontrar beneficios mutuos

Para que una negociación tenga éxito hay que encontrar una solución que beneficie a ambas partes.

Cuando consigues llegar a un concesión que crea valor para ti y para tu contraparte, te aseguras una solución más aceptable y, por tanto, una intervención humanitaria más sostenible.

Para ti, alcanzar un acuerdo beneficioso podría significar tener una mayor repercusión sobre la población local y más seguridad.

Para tu contraparte, podría significar apoyar sus intereses económicos o políticos, como ganar legitimidad a los ojos de su jerarquía o circunscripción.

Para encontrar un beneficio mutuo, asegúrate de evaluar los intereses y valores de tu contraparte. Saber qué impulsa sus acciones puede revelar los puntos en común adecuados y los posibles beneficios compartidos.

Para que una negociación tenga éxito hay que encontrar una solución que beneficie a ambas partes.

Conoce tus límites

Con esto en mente, es hora de entender dónde están tus límites.

Según el Manual del CCHN puedes definir dos tipos de límites para tu operación humanitaria:

  • Líneas rojas: Son los límites no negociables establecidos por el mandato de tu organización. Se basan en leyes, políticas, principios humanitarios y consideraciones éticas. Cruzar una línea roja puede tener graves consecuencias jurídicas y reputacionales.
  • Límites: A diferencia de las líneas rojas, los límites son herramientas tácticas: se definen estratégicamente en función de los objetivos de la negociación. Representan el umbral en el que los riesgos empiezan a superar a los beneficios. Las líneas de fondo ofrecen cierta flexibilidad porque permiten gestionar la conversación y evitar acuerdos que podrían poner en peligro la integridad o el funcionamiento de la organización.
Conoce tus límites

¿Cuáles son tus límites y líneas rojas? ¿Y las de tu contraparte?

Ahora que ya tiene los cimientos, es hora de encontrar el nivel adecuado de concesión.

¿Hasta dónde puedes ir?

Empieza por tu resultado ideal. Imagina cómo sería si tu organización alcanzara sus objetivos haciendo pocas concesiones.

☝️ Ten en cuenta que se trata de un ejercicio mental. Tu resultado ideal siempre será poco realista, ya que no tiene en cuenta los intereses y motivos de tu contraparte y no implica ningún beneficio compartido.

Desde esta posición, puedes empezar a imaginar diferentes niveles de acuerdo y concesiones.

Por ejemplo, imagina que estás negociando el acceso a un campo de personas desplazadas internas.

  1. Resultado ideal: Acceso total al campo sin presencia militar.
  2. Primer acuerdo: Acceso total al campo con presencia militar limitada.
  3. Segundo acuerdo: Acceso total al campo con vigilancia militar.
  4. Tercer acuerdo: Acceso limitado al campo con escolta militar y listas de beneficiarios.

Cada nivel acerca la negociación a un acuerdo realista, pero también implica mayores riesgos y menores beneficios para tu organización.

Evaluar los riesgos

Hacer concesiones para alcanzar un acuerdo conlleva costos, y es vital evaluar los riesgos para tu organización. Entre las fuentes de riesgos se incluyen:

  • Principios humanitarios
  • Seguridad del personal
  • Protección de las poblaciones afectadas
  • Normas jurídicas (por ejemplo, leyes de lucha contra el terrorismo)
  • Eficacia operativa
  • Riesgos para la reputación

Habrás llegado a tu límite cuando sientas presión por adoptar una posición cada vez más comprometedora y arriesgada, mientras los beneficios compartidos siguen reduciéndose.

Cuando llegues a este punto, piensa a pausar el diálogo para reflexionar y reconsiderar con tu equipo y jerarquía qué concesiones puede ofrecer.

Espacio compartido para el acuerdo

Una vez que hayas establecido tus límites y líneas rojas, así como evaluado los riesgos asociados a cada acuerdo, ha llegado el momento de pasar a la negociación.

La solución más beneficiosa suele negociarse en la zona E, dentro de los límites de ambas partes y sin acercarse demasiado a ambas líneas rojas.

He aquí cómo abordar las distintas situaciones hipotéticas de la negociación:

  • Situación hipotética D: Favorece a tu organización pero requiere que tu contraparte se remita a su jerarquía. Conlleva mayores riesgos para tu contraparte, que puede aceptar el acuerdo desfavorable pero perder la confianza en tu organización y mostrarse menos abierta al diálogo a largo plazo. Tu contraparte no puede ir más allá de la zona D porque viola sus líneas rojas.
  • Situación hipotética E: Esta es la zona en la que se encuentran los acuerdos mutuamente beneficiosos. Aquí es donde realmente puede tener lugar la negociación.
  • Situación hipotética F: Favorece sobre todo a tu contraparte y requiere la aprobación de tu jerarquía. Conlleva mayores riesgos para ti. Cualquier concesión que vaya más allá de la zona F queda fuera de tu mandato y, por tanto, de tu línea roja.

La solución más beneficiosa suele negociarse en la zona E, dentro de los límites de ambas partes y sin acercarse demasiado a ambas líneas rojas.

Recuerda...

Para diseñar situaciones hipotéticas eficaces, has de:

  1. Identificar los resultados ideales: Establece los mejores resultados posibles para ambas partes.
  2. Fijar líneas rojas: Establece límites no negociables basados en las políticas.
  3. Determinar los límites: Determinar el umbral en el que los riesgos superan los beneficios.
  4. Implicar al equipo: Habla y perfecciona la estrategia de negociación con tu equipo.

Al equilibrar las líneas rojas, los límites y los beneficios compartidos, puedes abordar situaciones complejas, asegurándote de que los acuerdos no sólo cumplan los objetivos de tu organización, sino que también contribuyan a un impacto duradero y positivo.

¡Ánimo!

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