
Los profesionales humanitarios interactuar a menudo con personal militar por necesidad, ya que deben trabajar en entornos complejos y afectados por conflictos.
Una negociación humanitaria eficaz con las fuerzas armadas puede ayudar a garantizar el acceso humanitario, defender los principios humanitarios y proteger la seguridad y la neutralidad de los trabajadores humanitarios.
Sin embargo, las relaciones de trabajo entre los actores humanitarios y sus homólogos militares no siempre son sencillas. Tanto los portadores de armas como las organizaciones humanitarias creen que se entienden bien con la otra parte, pero generalmente ocurre lo contrario.
Los militares tienen poca idea de los mandatos humanitarios, mientras que los negociadores humanitarios suelen carecer de conocimientos sobre los procesos militares de toma de decisiones. Esta falta de conocimientos puede hacer que la negociación con los militares resulte intimidatoria.
Stephen Kilpatrick, experto en relaciones cívico-militares y asesor sobre el compromiso con las fuerzas armadas en el Comité Internacional de la Cruz Rojacomparte seis estrategias prácticas de negociación para los profesionales humanitarios que trabajan con homólogos militares.
1. Prepara una presentación breve
Cuando te reúnas por primera vez con un mando militar o un funcionario de defensa, haz que ese encuentro inicial cuente.
Utilice su "discurso de ascensor" para explicar brevemente su función, su organización humanitaria y el propósito de su compromiso. Un mensaje claro y conciso ayuda a establecer la credibilidad y garantiza que se entienda su misión.
Si negocia en equipo, preséntese debidamente. Mencione el papel y la experiencia de cada miembro del equipo para aclarar quién está en la sala.
Los oficiales militares interactuar habitualmente con múltiples organizaciones, por lo que diferenciar su mandato humanitario de los demás es crucial.
Recuerde: La primera impresión es importante en las negociaciones humanitario-militares.

La tipología de una negociación es una de las herramientas utilizadas para estructurar una negociación humanitaria. Para más información, lea cómo determinar el tipo de negociación y utilizarlo en su beneficio.
2. Anticipar la actitud reacia de tu contraparte
La proyección de la fuerza, la ventaja táctica y la seguridad operativa son fundamentales para la estrategia militar. Estos principios determinan a menudo la forma en que los líderes militares abordan las negociaciones con las organizaciones humanitarias.
Pocas fuerzas armadas cuentan con doctrinas formales de negociación adaptadas a la coordinación civil-militar, por lo que pueden adoptar una postura directa y asertiva a la hora de relacionarse con los actores humanitarios.
Para navegar eficazmente por esta dinámica, utilice herramientas como:
- El icebergla negociación para descubrir los intereses subyacentes.
- Mapeo de las partes interesadas para identificar a los principales responsables de la toma de decisiones y a las personas influyentes.
- Tipologías de negociación humanitaria ajustar las estrategias en consecuencia.
Siempre que sea posible, ensaye sus mensajes clave para generar confianza antes de entablar contacto con los altos cargos. Si es necesario, sugiera una reunión individual para fomentar el diálogo directo.
3. Prever el argumento sobre la seguridad
La seguridad es un principio básico de las operaciones militares, que influye en todas las decisiones que toman los oficiales militares.
Durante las negociaciones, los comandantes pueden alegar motivos de seguridad para restringir el acceso de la ayuda humanitaria o imponer restricciones operativas.
Dado que las consideraciones de seguridad tienen un peso significativo en la toma de decisiones militares, reconozca su importancia en lugar de desestimarlas. En su lugar, prepare contraargumentos bien razonados.
Por ejemplo, podría argumentar que estar presente en el ámbito y ser visto por todas las partes del conflicto es la mejor manera de garantizar su seguridad.
Anticipar y abordar los problemas de seguridad es clave para el éxito de la colaboración cívico-militar.
4. Comprender la jerarquía
La mayoría de los ejércitos siguen una jerarquía estricta. Entender los rangos y mandos significa entender con quién estás hablando.
Dirigirse a contraparte con el rango correcto demuestra que te has informado y te tomas la reunión en serio. En otras palabras, demuestra profesionalidad.
Del mismo modo, estar familiarizado con las insignias y medallas puede ayudarle a deducir con quién está hablando.
Por ejemplo, puedes deducir la antigüedad de tu contraparte por la ubicación de su insignia en el uniforme. Si la lleva en el brazo, es de bajo rango. Si la lleva en el hombro o en el pecho, significa que ocupa un puesto de autoridad en el ejército.
Otra buena idea es intentar comprender bajo qué "cultura de mando" operan. Algunos ejércitos permiten que la responsabilidad descienda a los niveles inferiores de mando; se trata de una cultura de mando "de misión". Por el contrario, si hablas con un coronel en un ejército con un mando "directivo", no llegarás muy lejos porque el control sólo se confiere a cargos muy superiores.
5. Averiguar sus necesidades (y cómo puedes satisfacerlas)
Identificar las necesidades de tu contraparte militar y cómo puedes satisfacerlas puede ayudarle a comprender el valor de tu organización y ganar su aceptación.
Hace unos años, un equipo humanitario se reunió con un general en Myanmar, quien no estaba muy convencido del trabajo de la organización en la región. Sin embargo, un miembro del equipo identificó que su ejército estaba interesado en el programa de prótesis de la organización porque muchos soldados habían perdido extremidades por las minas terrestres.
Una vez que el equipo humanitario llevó a su especialista en prótesis a la reunión, el general comprendió el valor añadido de la organización. De este modo, la organización estableció una relación positiva con el ejército y pudo operar en la región con seguridad.
Este es un buen ejemplo de cómo tomarse el tiempo necesario para comprender a tu contraparte utilizando el "iceberg" de la negociación. ¿Cuáles son sus valores, motivos y razonamientos? ¿Cómo apoya esto su posición? ¿Qué necesidades tiene y cómo puedes ayudarle a satisfacerlas?

La negociación iceberg es una de las herramientas utilizadas para estructurar una negociación humanitaria. Para más información, lea cómo establecer puntos en común con su contraparte.
6. Indagar sobre quién mueve los hilos
No es lo que sabes... sino a quién conoces.
Hay veces en que las negociaciones se atascan (o fracasan), y tu experiencia negociando no sirve de nada.
¿Por qué?
Porque estás hablando con la persona equivocada.
Realizar un mapeo de actores puede ayudarte a identificar quién podría estar bloqueando (o "saboteando") tu negociación y quién podría influir en su posición. Si puedes averiguar quién mueve los hilos, quizás pueda desbloquear tu negociación.

El mapeo de actores es una de las herramientas utilizadas para estructurar una negociación humanitaria. Para más información, consulta el Manual del CCHN sobre la negociación humanitaria.
Recuerda...
Al negociar con contrapartes militares:
- No des por sentado que los militares entienden las organizaciones humanitarias. Empieza siempre con una explicación y presentación claras.
- Es de esperar que tengan una actitud reacia. La mayoría de los ejércitos no tienen una doctrina de negociación.
- Reconoce los problemas de seguridad, pero ten un contraargumento.
- Intenta comprender los rangos, los nombramientos y la cultura de mando.
- Comprende sus necesidades y encuentra la manera de satisfacerlas.
- En caso que una negociación esté bloqueada, intenta averiguar quién mueve los hilos.